El sábado 9 de noviembre celebramos las Primeras Comuniones aquí en la Iglesia de San Mateo. Durante el curso de catequesis hemos aprendido que Jesús camina con nosotros, nos ayuda, nos guía. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar. Nos sostiene en las dificultades. Él viene a nosotros. Jesús se transforma en pan. Jesús viene a nuestro corazón.
Cuando entramos a la iglesia vemos el altar, que es una mesa, cubierto por un mantel y nos recuerda a un banquete. En lo alto hay una cruz, indica que sobre el altar se ofrece Cristo: Él es la comida espiritual que allí se recibe, bajo el signo del pan y del vino. Como en la Última Cena, Jesús parte el pan y ofrece el cáliz, con estas palabras: “Tomen, coman, este es mi cuerpo… Tomen beban, esta es mi sangre”.
Es muy importante ir a Misa los domingos donde Jesús nos da su amor, nos renueva el corazón para relacionarnos mejor con Él y con los demás. Por eso, cuando nos acercamos a comulgar, se dice que nosotros “recibimos la Comunión”, nosotros “hacemos la Comunión”. Felicidades a todos los que han hecho su Primera Comunión!