Primer Domingo de Adviento
Lecturas Dominicales: Is 2,1-5; Rom 13, 11-14; Mt 24, 37-44
Hoy las lecturas nos hacen referencia a la espera de la segunda venida de Cristo en su gloria, al final de los tiempos. Se nos invita a estar vigilantes para estar prontos y así poder recibir al Señor en cuanto llegue al final de los tiempos. Sabemos que Jesús vendrá como Rey y Señor de la creación y debemos estar en la espera porque somos sus discípulos.
Nuestro Señor Jesucristo también se presentará como juez de las naciones; cada hombre y cada mujer seremos juzgados en el amor. Mientras Él llega nosotros esperamos activamente; es por eso que este tiempo no es un tiempo de miedo, sino más bien de vigilancia para estar en oración, atender las necesidades de los hermanos, los de nuestra propia familia y también los marginados, los enfermos, los exiliados...
Mientras esperamos a Cristo la Iglesia nos anima a salir de nosotros mismos para ir a encontrarlo en el mundo, sobre todo en las personas que más sufren. Eso significa estar vigilantes, y esta vigilancia debe estar alimentada de una fe firme para continuar caminando hacia el monte de Dios, al que son invitados todos los pueblos, como nos dice el profeta en la primera lectura.