La fiesta de la virgen de Guadalupe coincide con el tiempo de preparación para la Navidad, el tiempo de Adviento. Así pues, esta fiesta contribuye a que los cristianos nos preparemos espiritualmente para el nacimiento de nuestro Salvador.
Esta celebración de la virgen despierta un gran fervor en muchos creyentes en todo el continente americano, y mediante distintas expresiones de fe celebramos a la madre de Jesús; por ejemplo: muchas familias tienen en casa sus altares con la imagen de la virgen de Guadalupe; en muchos lugares se hacen peregrinaciones a los santuarios, se hace el rezo del rosario, cantos, mañanitas, danzas… todo para celebrar a la mujer que aceptó ser madre de Dios.
María es madre de Dios y es madre nuestra, por eso despierta tanta confianza para pedirle que interceda ante Dios por todas nuestras necesidades; y, como buena madre, ella nos ha prometido su ayuda y su compañía. Ojalá que su ejemplo nos ayude a ser mejores cristianos, mejores personas y que nos comportemos como buenos hijos de Dios.