Este tercer Domingo es llamado en Latín “Gaudete” que significa gozo por la promesa de redención, ósea que es un Domingo de gran Jubilo. Las lecturas de hoy nos llevan a preguntarnos: Que nos hace realmente felices? nos hace felices el relacionarnos con Dios. La mas grande relación que podamos tener es la que nos trae ese gran gozo a nuestra vida y no puede ser otra que nuestra relación con Jesús. La verdadera felicidad viene de ese encuentro con Dios. Por eso al relacionarnos con los demás lo hacemos desde los fundamentos mas profundos que tenemos como resultado de nuestra relacion con el Señor. La gente solo se puede amar verdaderamente cuando ve a Dios en el otro. Cuando la relación no tiene la presencia de Dios, es superficial.
La gente vio la presencia de Dios en Juan el Bautista. Ellos se sentían atraídos hacia el, a pesar de lo fuerte que el era en la proclamación de la verdad. A lo mejor era lo que les fascinaba y era lo que encendía sus corazones en fuego. Ellos encontraron a Dios en Juan el Bautista.
A quien van a ver? Es la pregunta de Jesús en el evangelio de hoy. “ la caña que se mueve con el viento?” o en nuestros términos al político que cambia su posición con cada elección de acuerdo a las conveniencias que se presenten. No, la gente sale a escuchar al profeta y a partir de ahí tener una experiencia de Dios. Juan llamaba a la gente a un cambio radical en sus vidas pero también los llamaba a acercarse cada vez mas a Dios. Ellos le encontraban sentido a sus palabras. Experimentaban a Dios en las palabras radicales del profeta. Por eso se lanzaban al agua para ser bautizados por Juan para así tener lo que el tenia. Ellos querían tener a Dios. Querían la verdadera felicidad.
Nosotros tenemos algo mas grande que Juan el Bautista. Tenemos a Jesucristo. Porque estamos atraídos a Cristo? Estamos atraídos a Cristo porque el encuentro con Dios arde dentro de nosotros. Estamos atraídos a el porque sabemos que su amor es real por nosotros y es para siempre. Nos sentimos atraidos(as) a Cristo porque el nos da esa felicidad que no termina.