El domingo es el día de la resurrección de Cristo. Es un día especialmente dedicado para el descanso, y para rendir culto a Dios. Como lo fue el sábado, en el Antiguo Testamento, para el pueblo de Israel. Después de la resurrección, las primeras comunidades cristianas empezaron a reunirse el primer día de la semana (Hech 20,7).
Es, pues, un compromiso del cristiano asistir a la Iglesia y respetar el día domingo. Sin embargo, hay circunstancias no nos permiten cumplir cabalmente con este precepto; por ejemplo, personas que trabajan los domingos, los enfermos que no pueden salir de casa, cuando la persona vive a gran distancia del templo y no tiene medios para transportarse, cuando no hay celebración de la eucaristía por falta de sacerdotes, circunstancias, todas ellas, comprensibles. Pero hay otras situaciones que ponemos por excusa, y en esos casos sí estaríamos faltando a nuestro compromiso cristiano: Desinterés en las cosas de la fe, flojera, poner en primer lugar otras actividades no esenciales, etc.
¿Para ti, es importante asistir a la misa? ¿Cuáles son tus excusas para no asistir? La misa no es una obligación, es un encuentro con Dios y con los hermanos, para alimentamos de la Palabra de Dios y del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para caminar fuertes en por la vida.
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