1. TIPO DE SALMO:
Salmo de Confianza en Dios
Este salmo lo cantamos, por lo general, en los funerales; tal vez para recordar que en los momentos de dolor, Dios no nos deja solos ni “aunque caminemos por valles oscuros” y tenebrosos como la muerte. Pero también se canta en los días de fiesta, porque es un salmo de alegría.
La confianza es un sentimiento humano que provoca seguridad, paz interior, esperanza. Y de allí brota esta oración del salmista, quien reconoce la presencia de Dios en su vida, por eso está confiado y canta a voz plena su emoción al sentirse guiado y protegido.
2. LEER LA PALABRA.
Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú está conmigo,
tu vara y tu cayado me de seguridad.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin termino.
¿Qué dice el texto?
Versículos (vv.) 1-3. La persona que canta este salmo es una persona confiada, tranquila, porque sabe que Dios está a su lado y la quiere proteger. Es como tener un pastor que se desgasta por el bienestar de su rebaño y procura lo mejor para cada una de sus ovejas.
v.4. Pero, no conforme con publicar su confianza en Dios, también dice que, aunque su vida se encontrara en momentos difíciles, atravesaría esos valles de dolor sin ningún temor, porque es el Señor quien lo conduce y Él está por encima de todo lo malo que pueda haber en este mundo.
vv.5-6. El salmo concluye con la imagen de una fiesta, en la que Dios es como el anfitrión del banquete espléndido, en el cual sobra la alegría, y por lo mismo, esa felicidad es motivo de envidia para los adversarios de los comensales.
El banquete se celebra en la casa de Dios, a donde el peregrino sube año tras año. Y una vez que ha terminado su visita, emprende el viaje hacia su casa, seguro de la protección del Señor. De este modo, el peregrino se aleja con la esperanza de volver a la casa de Dios el próximo año, para recobrar las fuerzas.
3. MEDITAR LA PALABRA. ¿Esta lectura dice algo especial para ti?
La confianza en Dios le proporciona alegría y tranquilidad al salmista. Y para nosotros, ¿de dónde brota la confianza? Probablemente el momento en que se encuentra nuestra vida no sea uno de esos “prados verdes”, donde se puede descansar, sino uno de los “valles oscuros”, de los que habla el salmo. Sin embargo, debemos confiar en nosotros mismos, en nuestros seres queridos, en los amigos, en la gente que se acerca para darnos una mano en la dificultad. Pero sobre todo, no olvidemos que la confianza más grande hay que tenerla en nuestro Pastor, Dios.
4. ORAR CON LA PALABRA. ¿Qué le dices tú a Dios?
Señor, mi Buen Pastor, no me dejes en mis momentos oscuros. Líbrame del mal y llévame al lugar de tu descanso y felicidad.
5. CONTEMPLAR LA PALABRA. ¿Cómo cambia tu mirada?
Aunque estemos pasando tiempos difíciles, no hay que temer ni perder la confianza en que podremos salir de esos “valles oscuros”, porque Dios es nuestro Pastor, y caminado según su voluntad, nada nos faltará.