El Adviento, tiempo de espera y de vigilancia, nos convoca con fuerza a preparar el camino del Señor que se acerca para compartir historia y destino con todos nosotros.
Hoy vivimos la feliz coincidencia de que el Segundo Domingo de Adviento este presidido por la refulgente figura de María, en su advocación de La Inmaculada Concepción.
De Ella siempre nos viene la misma invitación: “Hagan lo que El les diga”.
Hoy el Señor Jesucristo nos habla a través de Ella. Quiere que también nosotros seamos libres de todo mal, dispuesto a colaborar en el proyecto de Dios. Que busquemos la belleza, la armonía y la luminosidad que irradia María, la Llena de Gracia. Que Cantemos como ella la Misericordia del Señor y agradezcamos sus maravillas. Que escuchemos la Palabra de Dios y la pongamos en práctica.
Fr. Claudio
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