Una de las palabras que más resuenan durante este tiempo de Cuaresma, es la palabra...
CONVERSIÓN
¿Pero qué significa? Este término proviene del Latín “Conversio” y significa “vuelta”, “cambio”. En el contexto religioso, de fe, significa cambiar de vida, tomar un rumbo diferente del que se venía siguiendo. Principalmente dejando atrás las malas decisiones, los errores, los pecados que nos han llevado a romper nuestra relación con Dios o con nuestros hermanos.
Lo más importante de la Cuaresma es que sea un tiempo que de verdad nos ayude a prepararnos mejor para vivir la Pascua, a renovar nuestra confianza y compromiso con los planes de Dios. Por tanto, debemos aprovechar este tiempo que nos recuerda que necesitamos permanentemente convertirnos al Señor, que es su gracia la que puede movernos y hacer que cambiemos. Tal vez podríamos pensar que no se puede cambiar, pero tengamos presente que estamos sometidos al cambio constante y permanente desde que hemos sido engendrados. Cada día es distinto, cada año es diferente, y sin duda, hoy podemos ser mejores de lo que fuimos ayer, y mañana podemos ser mejores de lo que somos hoy.
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