Esta es una pregunta que muchos cristianos nos hacemos. Los requisitos básicos son estos:
· Haber recibido el Sacramento de la Eucaristía (también llamado PRIMERA COMUNION). Quienes se acercan a comulgar ya han recibido la debida instrucción sobre el significado y la importancia de este sacramento y saben a quién están recibiendo.
· Estar en gracia de Dios; es decir haberse confesado, si ha cometido pecados graves, o hacer un profundo examen de conciencia, arrepintiéndose de los pecados, confiando en la misericordia de Dios, pero con el propósito firme de no cometerlos más.
· Saber lo que se va a recibir y acercarse a comulgar con devoción y fe, sabiendo que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, alimento espiritual para nuestra vida.
Hay personas que no se atreven a comulgar porque no se han confesado; y tienen razón, si su conciencia les dice que no están bien y han cometido pecados graves. Pero también hay quien se acerca a comulgar solo por costumbre o compromiso, “para que no vaya a pensar mal la gente acerca de ellos” y eso no es lo más recomendable.
Tampoco corresponde a nadie, dar permiso o no para comulgar, es decir, que no se puede obligar a recibir ni tampoco negar la comunión cuando alguien la pide. Pero se espera que los fieles que se acercan a comulgar, saben lo que están haciendo, y reciben la comunión con respeto y fe.
Finalmente procuremos comulgar con una conciencia limpia y con el compromiso de esforzarnos cada día en ser mejores personas y comportarnos como verdaderos cristianos, hijos de Dios, alejándonos de toda maldad. No podemos separar la misa de la vida diaria. No podemos comulgar el domingo para seguir pecando en la semana.
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