El libro del Génesis nos muestra a Abraham que le ofrece hospitalidad a Dios, tres misteriosos peregrinos que le bendicen con la promesa de un hijo… a pesar de su ancianidad.
El Evangelio de san Lucas nos muestra también a Jesús gozando de la hospitalidad de Marta y María (hermanas de Lázaro) en su casa de Betania. En los dos casos, la visita del Señor es una fuente de bendiciones para quienes lo reciben y le brindan atención. Pero, no basta sólo recibir a Cristo y atenderle…
San Pablo nos dice que es necesario identificarnos con él y hacer nuestra su pasión y su entrega para bien de toda la Iglesia y lleguemos a ser cristianos perfectos (Carta a los Colosenses).
Comments