SI TU HERMANO PECA...
El evangelio de este domingo es muy importante para entender el tema del perdón y la corrección fraterna en la comunidad. Cuando le preguntaron a Jesús sobre cuántas veces hay que perdonar… él respondió que “no solo siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18:22). Todos merecemos otra oportunidad después de haber pecado. Pero si, dándonos cuenta del error, no somos capaces de cambiar, entonces nosotros mismos estamos poniendo un límite al perdón de nuestros hermanos.
Jesús nos dio estas normas para indicar cómo proceder en caso de conflicto. Si un hermano peca, o sea, si tienen un comportamiento que afecta negativamente la vida de la comunidad, no hay que hacer escándalo denunciándolo públicamente. Antes hay que hablar a solas con él, para tratar de saber los motivos y para invitarlo a cambiar. Pero si no hay resultado, entonces intervendrá la comunidad. Y si la persona no quisiera escuchar el consejo de la comunidad, entonces esa persona se autoexcluye de la convivencia comunitaria, por no reconocer su error ni tener la voluntad de mejorar.
El sentido cristiano de responsabilidad de unos para con otros exige que, con firmeza, pero con amor, ayudemos a los que fallan. Pero esa ayuda será efectiva solamente si la persona que ha pecado quiere cambiar, quiere mejorar.
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