La palabra misericordia viene del latín miser: pobre o miserable; y de cor: corazón. Por lo que podemos definirla como: “de corazón sensible a la miseria”.
El segundo domingo de pascua está dedicado al Señor de la Misericordia, quien se reveló a Santa Faustina Kowalska de Polonia. A ella, El Resucitado le confió la promesa de premiar con el ciento por uno en esta vida y en la otra a quien propague la confianza y el amor hacia la Misericordia que Jesús tiene con todos los seres humanos.
Esta fiesta contiene un gran significado teológico vinculando el misterio pascual de la Redención y el misterio de la Misericordia de Dios que se convierte en fuente de gracia para todos los creyentes simbolizada en la sangre y el agua que brotó del costado abierto de Cristo.
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