El canto expresa alegría, también las ideas y los sentimientos. Es un lenguaje universal con un poder de expresión que muchas veces expresa lo que no se puede decir con solo palabras. En la liturgia el canto sirve para expresar nuestra alabanza y petición hacia nuestro Dios, así como la alegría, complementando nuestra oración y unidad.
El coro de la comunidad es un elemento importante para la celebración litúrgica en general y para motivar la participación de toda la asamblea. El coro no sustituye el canto del pueblo, pero sí favorece la participación de todos, ayudando a la contemplación, a la alabanza y a la petición de perdón.
El salmista es la persona que le corresponde proclamar el salmo desde el Ambón, donde se hacen las lecturas. Para cumplir bien con este oficio, es preciso que el salmista posea el arte de salmodiar y que entone y pronuncie con claridad, motivando la respuesta de la asamblea.
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