A finales del mes de enero de este año, habíamos comenzado con mucho entusiasmo el curso de Catecismo de primavera. Sin embargo, nos vimos obligados a interrumpir las clases debido a la pandemia de COVID 19. Y hasta el momento no hemos podido reanudar el Curso, así que los jóvenes y adultos que se estaban preparando para recibir el Sacramento de la Confirmación, tendrán que esperar a que las condiciones sanitarias mejoren para retomar su formación en el curso de catequesis.
¿Y mientras tanto, cómo podemos seguir preparándonos? Ciertamente las clases son un requisito formal para comprobar que los candidatos a este sacramento reciben una formación adecuada, pero la Confirmación de la fe no depende solamente de las clases de Catecismo. En el Sacramento de la confirmación, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se une más conscientemente a la comunidad (la Iglesia). Alcanza una edad madura en su camino como creyente y es capaz de defender y transmitir su fe. Este camino hacia la madurez es algo que debemos recorrer cada día, en tu manera de rezar, de creer, de hacer el bien; en una palabra, en el esfuerzo de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como uno mismo.
Llegará el momento en que podamos recibir la Confirmación, pero mientras tanto hemos de seguir creyendo en Dios, en que somos templo del Espíritu Santo y él habita en nosotros, si lo dejamos entrar a nuestra vida. El hecho de que no podamos ir a la misa, no significa que no podamos mantenernos en comunicación con Dios mediante la oración o la lectura de la Biblia. Recordemos que seguimos siendo cristianos, aunque no podamos reunirnos en la iglesia los domingos, ni podamos asistir a nuestras clases de catecismo.
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