Hace algunos meses llego una persona enojada y me cuestionó por qué no teníamos el Sagrario con el Santísimo Sacramento en la Catedral. Yo le expliqué que sí lo teníamos, y la llevé ante el altar, mostrándole el lugar del sagrario. Le señalé también la lampara roja que suele indicar el lugar donde se encuentra el Santísimo Sacramento. Después de esto, un poco apenada, me agradeció y se quedo a solas para hacer oración.
El Sagrario es el lugar donde se guarda una reserva de hostias consagradas; es una especie de casita, con su puerta y con su llave. Allí está Jesucristo, y por eso, al lado hay encendida una lamparita. De esta reserva se usan las hostias para llevar la comunión a los enfermos.
Es muy importante que consideres a Jesucristo en el sagrario, no como una cosa, sino como una Persona que siente, que ama, que escucha y que te está esperando.
JESUCRISTO ESTÁ REAL Y VERDADERAMENTE PRESENTE EN EL SAGRARIO, AUNQUE ENCUBIERTO BAJO APARIENCIAS DE PAN, EN LA HOSTIA CONSAGRADA.
Al menos una vez a la semana se hace la exposición del Santísimo Sacramento. Los fieles se arrodillan ante Él para adorar al Señor, darle gracias por su amor, y pedirle su ayuda. Al final de la exposición, se da la bendición con el Santísimo a los fieles: entonces, es el mismo Cristo quien les bendice y derrama sobre ellos sus gracias.
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