1. TIPO DE SALMO: Elogio de la Ley de Dios
Este salmo es el más largo del Salterio. Es un Salmo alfabético, es decir, que sus estrofas inician con cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo. Es un canto de alabanza a la ley de Dios y a sus preceptos. En cada uno de los versos se hace referencia a la Ley de Dios con distintos nombres: ley, palabra, testimonio, juicio, sentencia, decreto, precepto, orden. Y son una invitación para que los observemos y cumplamos.
2. LEER LA PALABRA.
Salmo 119 (118)
vv. 57.72
A mí, Señor, lo que me toca es cumplir tus preceptos. Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata.
vv.76-77
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.
vv.127-128
Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo; por eso tus preceptos son mi guía y odio toda mentira. R.
vv.129-130
Tus preceptos, Señor, son admirables, por eso yo los sigo. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los sencillos.
¿Qué dice el texto?
Puesto que es un Salmo muy largo, la liturgia solamente toma algunas estrofas. Las cuales comentamos a continuación. El Salmista eleva una alabanza de la Ley de Dios, que adopta como lámpara para sus pasos en el camino de la vida (cf. v.10)
vv. 57.72 - En estos versículos se menciona la responsabilidad del creyente. Dios nos ha bendecido con el regalo de sus mandamientos. ¿Qué debemos hacer nosotros? Cumplir y obedecer sus preceptos. Que los consideremos algo de valor incalculable, más que todas las riquezas materiales.
vv.76-77 - En estas líneas el salmista hace una petición, pide consuelo de parte del amor y la ternura de Dios. Confía en su promesa y esa confianza lo motiva a cumplir sus mandamientos.
vv.127-128 - A través de la Ley se revela la misericordia divina, aun cuando corrige y castiga. El salmista se extasía ante las excelencias de la Ley, que refleja la voluntad divina para con los hombres. Por ello es el objeto constante de su meditación y a ella procura conformar totalmente su vida.
vv.129-130 - El cumplimiento de la Ley otorga una satisfacción íntima al alma piadosa: da ciencia, prudencia, sabiduría para conducirse en la vida, y, al mismo tiempo, procura consuelo, alegría íntima y conciencia tranquila. «Lo juro y lo cumpliré: guardaré tus justos mandamientos (...). No olvido tu voluntad (...). No me desvié de tus decretos» (Sal 118, 106. 109. 110). La paz de la conciencia es la fuerza del creyente.
3. MEDITAR LA PALABRA. ¿Esta lectura dice algo especial para ti?
Muchas veces hemos visto en los mandamientos solamente una serie de prohibiciones, como si estuvieran en contra de nuestra libertad. Pero este salmo nos dice que, todo lo contrario, la ley de Dios es nuestra guía, es consuelo, es camino, es fuente de felicidad y paz.
En la oscuridad el caminante se alumbra con una lámpara, y en el camino de la vida nosotros tenemos la palabra de Dios (v. 105). La vida humana pasa también por periodos de peligro, la voluntad de Dios es que nunca nos sintamos solos (v. 109).
4. ORAR CON LA PALABRA. ¿Qué le dices tú a Dios?
Sea tu Palabra, Señor, lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro sendero; aunque los malvados nos tiendan lazos, mantén nuestra lámpara encendida y alimenta la llama de nuestra fe cristiana, de suerte que nuestro mundo sea iluminado con la claridad que procede de Cristo, con la sabiduría que procede de cumplir tus mandamientos.
5. CONTEMPLAR LA PALABRA. ¿Cómo cambia tu mirada?
Cumplir la ley de Dios no significa que nos sometemos, que perdemos nuestra libertad; por el contrario, es nuestra respuesta al amor de Dios que nos ha dado todo y quiere que caminemos en la vida con pasos firmes y seguros, sin caer en trampas, en peligros, en engaños. Por eso el salmo inicia con estas palabras: “Dichosos los que caminan rectamente, los que caminan conforme la ley de Dios, Dichosos los que guardan sus preceptos y lo buscan de todo corazón” (vv.1-2).
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