1. TIPO DE SALMO: Himno de victoria
Este salmo brota de la certeza de que Dios no nos abandonará en la lucha contra el mal. Por eso, el orante entona una melodía acompañándola con su arpa de diez cuerdas, seguro de que el Señor «da la victoria a los reyes y salva a David, su siervo» (vv. 9-10).
2. LEER LA PALABRA.
1Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea;
2mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos.
3Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?; ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? 4El hombre es igual que un soplo; sus días, una sombra que pasa.
5Señor, inclina tu cielo y desciende; toca los montes, y echarán humo; 6fulmina el rayo, y dispérsalos; dispara tus saetas y desbarátalos.
7Extiende la mano desde arriba: defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas, de la mano de los extranjeros, 8cuya boca dice falsedades, cuya diestra jura en falso.
9Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: 10para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David tu siervo.
Defiéndeme de la espada cruel, 11sálvame de las manos de extranjeros, cuya boca dice falsedades, cuya diestra jura en falso.
12Sean nuestros hijos un plantío, crecidos desde su adolescencia; nuestras hijas sean columnas talladas, estructura de un templo.
13Que nuestros silos estén repletos de frutos de toda especie; que nuestros rebaños a millares se multipliquen en las praderas, 14y nuestros bueyes vengan cargados; que no haya brechas ni aberturas, ni alarma en nuestras plazas.
15Dichoso el pueblo que esto tiene, dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.
¿Qué dice el texto?
El salmo consta de dos partes diferentes: 1) Súplica de un rey que se halla en situación angustiosa como consecuencia de los ataques de pueblos enemigos que amenazan la paz de Israel (vv. 1-11). 2) Exaltación de la prosperidad de Israel por su fidelidad a Dios (vv. 12-15).
En los vv. 3-4. Se trata de la Providencia divina hacia el ser humano, que en su pequeñez es digno de la atención: “Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?; ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?”. A continuación, el salmista describe la manifestación de su Dios en las tormentas, comparando su grandeza con la potencia de los rayos y relámpagos, indicando que aun estando por encima de las grandes fuerzas de la naturaleza, es capaza de fijarse en la pequeñez del hombre para ayudarle.
Vv. 7-11. La petición del salmista es un grito de ayuda ante la amenaza de los enemigos. Hace una promesa, porque sabe, de antemano, que va a salir victorioso, cantará alabanzas al señor con el arpa de diez cuerdas, celebrando la victoria: porque Dios no lo dejará solo.
vv. 12-15. La prosperidad de Israel se verá reflejada en el numero de sus hijos e hijas, fuertes, saludables, alegres. También cuando sus almacenes estén repletos del fruto de la tierra y sus ganados se multipliquen. Entonces la ciudad estará en paz, sus habitantes se sentirán seguros: serán dichos por contar con la ayuda de su Dios.
3. MEDITAR LA PALABRA. ¿Esta lectura dice algo especial para ti?
Sólo con el apoyo de Dios podemos superar los peligros y las dificultades que encontramos diariamente en nuestra vida. Sólo contando con la ayuda del cielo podremos esforzarnos por caminar, como el antiguo rey de Israel, hacia la liberación y la paz.
4. ORAR CON LA PALABRA. ¿Qué le dices tú a Dios?
Tú nos has revelado, Padre, qué es el hombre, al enviar a tu Hijo a nuestra tierra para ser hombre; Tú has exaltado nuestra existencia frágil y has querido dialogar con nuestra pobreza; inclina tu cielo y no olvides nunca la obra de tus manos.
5. CONTEMPLAR LA PALABRA. ¿Cómo cambia tu mirada?
Con esta oración, afrontamos las luchas de cada día, seguros de que Dios adiestrará nuestras manos para el combate, nuestros dedos para la pelea.
¿Qué es él hombre? (v. 3). Si Dios se ha fijado en el hombre, si tanto le mira y pone en él su corazón, no puede ser un sueño. Aunque su vida sea corta y frágil, comparte con su creador la esperanza de eternidad.