Con la celebración del Jueves Santo no solo se abre el Triduo Pascual. En este día recordamos la institución de la Eucaristía en la Última Cena, pero a la vez con las Palabras mismas de Jesucristo Hagan esto en conmemoración mía, encomienda a sus discípulos la tarea de seguir celebrando este Sacramento en las comunidades (ministerio sacerdotal). Pero deben llevar a cabo esta misión como un servicio a los demás, no como un privilegio; por ese motivo, este signo de entrega de sí mismo va acompañado del ejemplo del lavatorio de los pies. Cuando Jesús se levantó de la mesa, se despoja de su manto y como el siervo más humilde comienza a lavar los pies a sus discípulos.
Hoy es un día para renovar nuestro compromiso de vivir verdaderamente cada Eucaristía, valorar el sacramento del sacerdocio como un servicio y comprometernos a imitar el ejemplo de Jesús sirviendo a los demás.
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