La vida de los cristianos en la Iglesia es ante todo el ser comunidad, el ser familia. La vida de la iglesia es una dimensión social del hombre, y la Palabra de Dios tiene algo que decirnos sobre el modo de conducir nuestra vida en relación con todos.
Sin quitar valor alguno a la oración personal, el Señor destaca la eficacia de la oración hecha en común: "si en la tierra dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir alguna cosa, mi Padre Celestial se lo concederá.” (Mt 18, 19) Jesús con su presencia dirige y guía a la comunidad reunida en su nombre.
En nuestras oraciones pedimos por el fin de la pandemia de coronavirus. Que Dios tenga piedad de nosotros y detenga esta tragedia, esta pandemia y también las demás: la del hambre, la de la guerra, la de la violencia. Pedimos esto como hermanos, todos juntos, a pesar del distanciamiento social. Porque “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20).
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