Muchos cristianos extrañamos la posibilidad de reunirnos en la iglesia para la oración, y celebrar los sacramentos. Lamentablemente las condiciones sanitarias todavía no son favorables y se recomienda evitar todo tipo de reunión. Mientras tanto, podemos vivir nuestra fe aprovechando los medios electrónicos y las misas virtuales, la lectura personal de la Biblia y, sobre todo, mediante la oración personal. La oración es una forma de acercarse a Dios y hablar con él. Y cuando nos acercamos a Él, Él se acerca a nosotros (Santiago 4:7-8).
Mientras llega el momento de la reapertura de la iglesia para celebrar los sacramentos, podemos seguir haciendo oración desde nuestra casa, y otros lugares donde nos encontremos. Recordemos que esa relación personal con Dios puede darse desde cualquier lugar, con fe, con devoción. Podemos valernos de oraciones que ya sabemos, como el Padre nuestro, el Ave maría, el rezo del rosario… pero también con la oración que hacemos con nuestras propias palabras, pidiendo la ayuda de Dios y dando gracias por sus bendiciones.
San Pablo nos ofrece una guía para la oración en la carta a los Filipenses (4,4-7): “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús."
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