Respondemos porque la Misa es oración. Y la oración es un diálogo para presentarnos ante el Señor, pedirle perdón, escuchar su Palabra, recibirlo en la comunión, alabarlo y agradecerle de todo corazón. Todo esto, y mucho más, a lo largo de la Eucaristía.
Para vivir cada vez más plenamente nuestra relación con Dios, es bueno saber responder durante la celebración de la Santa Misa y comprender su significado. Las frases que pronunciamos las unimos al sacerdote y al pueblo y se las ofrecemos al Señor.
Cristo, cuando llama a sus discípulos, les llama para que estén con Él. Esta es la bendición, poder experimentar que la misa es el momento de estar con Jesús, para escucharlo y responderle. Hemos sido creados para estar en relación con Dios y con nuestros hermanos.
Cada respuesta que hacemos a lo largo de la Misa es nuestra participación para acercarnos de corazón a la mesa del Señor. Estar atentos para responder nos ayuda a crecer en el conocimiento del gran regalo que Dios nos ha donado en la eucaristía.
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