Durante siglos la Iglesia ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Madre de Dios. La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta al tiempo barroco o siglo XVII. Las formas en que María es honrada en mayo son muy variadas… Puede ser el rezo diario del Rosario, poner un altar especial con una estatua o imagen de María. Además, se trata de una larga tradición el coronar su estatua con flores, que representan la belleza y las virtudes de María y también es un recordatorio a los fieles para esforzarse en imitar sus virtudes.
Debemos darle un lugar especial a María no porque sea una tradición en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de Cristo y de la Iglesia, y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños. Por eso se merece no solo un mes en su honor, sino honrarla todos los días de nuestra vida.
P. Claudio
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