Cada año nuevo tenemos una oportunidad para hacer proyectos de vida, fortalecer lo positivo y hacer cambios para quitar de nuestra vida lo que es destructivo. Nosotros dirigimos la vida y le damos sentido cuando decidimos cambiar.
Es muy fácil hablar, prometer y decir propósitos de Año Nuevo, pero lo difícil es ponerlos en práctica. Recordemos que los propósitos y la oración van acompañados de obras. Hacer oración exige tener una actitud de esfuerzo, trabajo y disponibilidad que convierten los pensamientos en acciones.
En tus propósitos no busques siempre lo más fácil ni lo más cómodo, porque ese no es el camino del crecimiento, y toma en cuenta que dijo Jesús: “Sin Mí no puedes hacer nada (Jn 15, 5). Si quieres lograr tus buenos propósitos, encomiéndaselos al Señor.
P. Martin
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