La puntualidad es una actitud humana que indica respeto, responsabilidad, compromiso. En cualquier compromiso personal y comunitario es necesario ser puntuales, incluyendo la Santa Misa. Comprendemos que, si el verdadero valor de la Santa Misa es ser fuente y culmen de la vida cristiana, nos conviene llegar unos minutos antes y prepararnos a vivirla de forma más plena.
Poder llegar diez o quince minutos antes, con la iglesia semivacía, en silencio, nos permitirá tranquilizarnos. Podemos utilizar ese tiempo para invocar al Espíritu Santo y disponernos, en actitud orante, y pedirle al Señor que nos ayude a vivir la Misa con intensidad.
Es un buen momento para leer las Lecturas que se van a proclamar y entenderlas mejor. En el boletín impreso o el boletín electrónico, en nuestro teléfono.
También podemos hacer un buen examen de conciencia para recibir la Santa Comunión.
Llegar a tiempo te garantiza elegir un buen sitio. La Misa se vive mejor en las primeras bancas, con menos distracciones, mejor acústica y buena visibilidad.
Para dar buen ejemplo a nuestros hijos. Dejáremos impronta como nos vean rezar, cantar, comulgar, vestir… y también cómo nos vean tomarnos en serio la puntualidad.
P. Claudio.
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