Primer Domingo de Cuaresma : Reflexión de las lecturas 1 de Marzo
Hemos leído en la primera lectura, el relato del pecado original. Cuando Adán y Eva desobedecieron la Palabra de Dios y cayeron en la tentación. Es una historia de carácter simbólico, que nos explica, según tradición inmemorial, cómo los hombres han sufrido siempre la tentación de hacerse a sí mismos sus propios dioses, dueños absolutos de su propia vida y felicidad. Ésta sigue siendo una gran tentación humana.
Jesús, antes de comenzar su vida pública anunciando la Buena noticia del Reino de Dios, se retiró al desierto. Él es el Hijo de Dios, y tiene poder para realizar todo aquello que quisiera; sin embargo, venció todas las tentaciones humanas de egoísmo, soberbia y poder. Él quiso servir a Dios y salvar a los hombres desde la humildad de nuestra condición humana, mediante la entrega y sacrificio de su propia vida. De este modo nos hizo capaces de servir con humildad a Dios y a nuestro prójimo.
En la vida siempre tendremos la tentación de seguir el camino fácil para resolver las cosas; estaremos tentados por el poder, el egoísmo, el placer… Dios nos ha creado libres y podemos decidir y actuar como nosotros nos plazca. Sin embargo, las consecuencias de nuestras decisiones nos llevaran a la vida o a la muerte, a la felicidad o a la tristeza y decepción. Con Jesús nuestro Señor pidamos a nuestro Padre del cielo que podamos resistir la prueba de todas las tentaciones.
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