Primera Lectura (Is 43,16-21): Olviden el Pasado. Adelante conmigo.
Segunda Lectura (Flp 3,8-14): Esfuércense por lo que hay por delante.
Evangelio (Jn 8,1-11): Vete y, en Adelante, no Peques más.
El profeta Isaías nos anuncia el gran proyecto de Dios, que consiste en renovar todas las cosas. Y es por medio de Jesucristo que se realiza esa renovación, así lo afirma San Pablo en su carta a los Filipenses, y nos recuerda que en nuestro personal y comunitario proceso de renovar nuestra propia existencia cristiana como bautizados, es decir: “regenerados en Cristo”, sólo es posible gracias a la muerte y resurrección de Nuestro Señor, ya que este misterio de salvación nos da la esperanza de alcanzar nuestra meta que consiste en transformarnos en hombres y mujeres nuevos a semejanza de Jesús.
La mujer adúltera perdonada por Cristo es un claro ejemplo para enseñarnos que Cristo sabe perdonar cualquier infidelidad para con Dios, y por ello él es la fuente inagotable de toda renovación.
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