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P. Tarcisio

¡Qué hermoso universo nos has dado Señor! SALMO 104 (103)


1. TIPO DE SALMO: Himno de alabanza

El salmo 103 es un himno de alabanza a Dios como creador del universo y Señor de la vida. Toda su obra es perfecta, grandiosa, digna de admiración. El himno está completamente centrado en Dios. Es un salmo de alegría, para cantar y alabar a Dios.

2. LEER LA PALABRA.

Salmo 104 (103), 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34

1Bendice, al Señor, alma mía;

Señor y Dios mío, inmensa es su grandeza.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor!

La tierra está llena de tus creaturas.

2Anda el Señor envuelto en un manto de luz;

5Puso a la tierra tan buenos cimientos

que nunca jamás se bamboleará.

6Señor, la habías cubierto

con aguas profundas,

que sobre los montes posaban sus pies.

7Pero a tu voz iracunda corrieron;

se echaron abajo a la voz de tus truenos.

8Los montes subieron, los valles bajaron

a ocupar el lugar que tú les marcaste.

29Si retiras tu aliento,

toda creatura muere y vuelve al polvo.

30 pero envías tu espíritu, que da vida,

y renuevas el aspecto de la tierra.

31Cantaré al Señor, mientras viva;

mientras exista, celebraré a mi Dios.

34Agrádenle mis palabras;

en el Señor me llenaré de júbilo.

35Desaparezcan los criminales de la tierra;

dejen de existir los malos.

Bendice al Señor, alma mía.

Alabad al Señor.

¿Qué dice el texto?

Versículo (v.) 1. La invitación inicial es una reflexión del mismo salmista; porque se ha dado cuenta de todo aquello que lo rodea. Por eso invita a su propio ser, su nephesh, para que alabe a Dios.


En los vv. 2-30 se explican los motivos por los cuales todos debemos alegrarnos. Infinita es la grandeza del Señor y toda la creación ha sido hecha por él y está a su servicio. Le obedecen el mar, el viento, el fuego, las nubes, las montañas. Él mismo se preocupa de la subsistencia de toda la creación, hombres y animales dependen de su mano.

Los animales, las plantas, los astros, todos tienen una razón de ser y todo ha sido perfectamente ordenado, las estaciones del año, la sucesión de los días, el lugar de las aguas, de la tierra fértil, de las montañas, de los peces y de las aves.

Por todo lo que ven nuestros ojos, “¡Qué numerosas son tus obras Señor! ¡Con cuánta sabiduría las hiciste!” (v.24) y el salmista no dejará de alabar al Señor, mientras tenga vida. Ése será su júbilo más grande.

Sin embargo, en el v. 35 aparece una frase polémica, los malvados, los criminales, son los únicos que meten el desorden en esta creación perfecta, y por eso el salmista quisiera que desaparecieran.


A pesar de todo lo malo que puede existir, siempre serán más numerosas las cosas buenas. Por eso el salmista vuelve a insistir, y así cierra su canto: “Alma mía alaba y bendice al Señor”.

3. MEDITAR LA PALABRA. ¿Esta lectura dice algo especial para ti?

Muchos de nosotros hemos perdido la capacidad de admiración ante la naturaleza que nos rodea. Ya no somos capaces de admirar los mares, los lagos, las montañas, los atardeceres, el amanecer, la lluvia, las estrellas… Olvidamos que este planeta es nuestro hogar y contribuimos para deteriorar muchos de esos ambientes naturales con la contaminación y el afán de tener una vida más cómoda.

El número 76 del Documento: “Laudato Si” afirma: “Para la tradición judío-cristiana, decir « creación » es más que decir naturaleza, porque tiene que ver con un proyecto del amor de Dios donde cada criatura tiene un valor y un significado. La naturaleza suele entenderse como un sistema que se analiza, comprende y gestiona, pero la creación sólo puede ser entendida como un don que surge de la mano abierta del Padre de todos, como una realidad iluminada por el amor que nos convoca a una comunión universal”.

4. ORAR CON LA PALABRA. ¿Qué le dices tú a Dios?

1Bendice, al Señor, alma mía;

Señor y Dios mío, inmensa es su grandeza.

¡Qué numerosas son tus obras, Señor!

La tierra está llena de tus creaturas.

5. CONTEMPLAR LA PALABRA. ¿Cómo cambia tu mirada?

Muchas cosas malas suceden en nuestra vida y nos entristecen, nos amargan y nos impiden ser completamente felices. El salmo de hoy nos invita a ver también lo bello de la vida, lo auténtico, no lo que aparenta serlo. La naturaleza y toda la creación, a dondequiera que observemos con atención, no dejará de maravillarnos, siempre y cuando no hayamos perdido esta hermosa capacidad. Mira las montañas, los campos, el mar, el cielo... ¿no es maravilloso todo lo que existe?

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