іAmen a sus enemigos!
El libro del Levítico, en la primera lectura de hoy, nos hace un llamado a la santidad y Jesús, en el Evangelio, nos pide amar a los enemigos. ¿Es realmente posible amar sin límites? ¿será posible amar incluso a los enemigos? Ciertamente nosotros somos imperfectos, débiles y muy limitados pero la buena noticia es que Dios nos revela su propio ser y al pedirnos vivir su mandamiento de amor nos está diciendo al mismo tiempo quién es Él, cómo se nos manifiesta, cómo nos mira y cómo quiere relacionarse con nosotros.
El mandamiento del amor es un regalo de Dios. Jesús mismo no nos obliga, no nos impone nada Él únicamente se da, se entrega. Dios nos manda su amor, nos lo envía, nos lo entrega, nos lo regala. Y si nosotros estamos abiertos a ese regalo entonces ese regalo estará en nosotros. Es la misma vida de Dios actuando en nosotros. Es la gracias, es la bendición. Entonces tienen sentido las palabras del Levítico que nos dice “Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo” y Jesús las retoma al decirnos “sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto’’. Desde esta realidad, entonces, si será posible amar sin límites.
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