En un instante tu vida puede cambiar: “Al instante le desapareció la lepra”. Esta es la escena que nos presenta el evangelio de hoy. Un leproso era excluido de la sociedad, pues según las tradiciones, su lepra era consecuencia de un pecado. Acercarse a él o tocarlo, era hacerse partícipe de su mismo pecado.
El leproso se acerca a Jesús quien lo acoge y lo escucha. Seguramente este hombre supo de la fama de Jesús y algo de fe ya empezaba a nacer en su corazón. Se acercó, se arrodillo, reconociendo su realidad de hombre impuro y dijo una frase que es una maravillosa síntesis de fe, confianza y abandono en las manos de Jesús: “Si tú quieres, puedes curarme”.
Analicemos las dos partes de esta frase: “Si quieres…” es como decir: ‘tú eres el que decides, yo simplemente propongo’. “puedes limpiarme”. El leproso se abandona totalmente en las manos de Jesús. Se abre a la esperanza y a la confianza total en Cristo
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