DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO
El Evangelio de hoy nos presenta el encuentro de Jesús con un hombre de buena voluntad que cumplía con sus deberes religiosos pero cuyas riquezas le mantenían impedido para una actitud generosa y desprendida. No es el discípulo ideal de los seguidores de Jesús, pero es motivo para advertirnos el peligro del apego a las riquezas e inculcarnos el desprendimiento y la generosidad como actitudes básicas para el seguimiento de Jesús.
El desapego de los bienes y afanes de esta vida es la actitud moral requerida para el discipulado. Siguiendo a Jesús se aprende otra manera de ver la vida, de ver las riquezas y de ver la religión misma.
La respuesta de Jesús al joven rico es una llamada concreta a un seguimiento radical, no basado en la seguridad del cumplimiento formal de la ley, sino en la disponibilidad y libertad de espíritu.
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