Las lecturas bíblicas de este domingo nos presentan tres ejemplos de personas que han creído en Dios y han querido hacer algo por los demás. El primero es el profeta Isaías, quien ya servía en el templo de Jerusalén, sin embargo, recibe la misión de anunciar la Palabra de Dios a sus hermanos, aunque se sienta indigno y pecador…. En la segunda lectura, San Pablo narra en primera persona, quién era él, era enemigo de Cristo, perseguidor, pero una vez que lo conoció personalmente, se convirtió en uno de sus mejores apóstoles. Por último, en el evangelio de Lucas, encontramos a Pedro y sus compañeros, que a pesar de sus esfuerzos y de su experiencia como pescadores, no logran pescar algo. Jesús les pide entonces que vayan más allá, mar adentro y encontraran una pesca abundante, desde entonces ya no fueron simples pescadores, sino apóstoles enviados a para atraer a todos los pueblos hacia Dios.
Tal vez nosotros, al igual que ellos, estamos en un punto de la vida en el que pensamos que ya no hay nada más que hacer, que ya hemos logrado lo que teníamos que lograr. Sin embargo, la palabra de Dios siempre nos llama a ir más allá, a no conformarnos con lo que somos y tenemos, que podemos dar un poco más como creyentes. Hay que remar mar adentro para encontrar lo que anhelamos… hay que confiar en la Palabra de Jesús que nos guía, confiando en que, con él, todos nuestros proyectos alcanzarán buenos resultados.
Fr. Tarcisio
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