Siempre que en nuestras familias hay un motivo importante por el cual celebrar, tal como un cumpleaños, un aniversario, una graduación, una meta alcanzada, disfrutamos de preparar un banquete e invitar a nuestros familiares y amigos para hacerlos parte de nuestra alegría.
Esta imagen del banquete es la que nos presentan las lecturas de hoy para explicar el Reino de Dios.
El profeta Isaías describe el tiempo del Mesías-Salvador como un banquete festivo. Todos los pueblos acudirán a este banquete y encontrarán en Dios la plenitud de vida y felicidad.
Por su parte, la parábola de los invitados a la boda en el evangelio de Mateo, nos muestra otro aspecto de este momento festivo, ¿Qué sucede cuando los invitados al banquete no quieren asistir? ¿Qué sucede si, habiendo sido invitados, no nos presentamos dignamente, con una actitud alegre, sin el vestido de fiesta?
Todos estamos invitados a participar de esta alegría en la casa de Dios, estamos invitados a sentarnos a su mesa. No rechacemos su invitación.
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