“Amén”, viene de la lengua hebrea, es un sustantivo que significa “certeza o veracidad”, relacionado con la palabra “confirmar”. Significa “que así sea”, “es así” o “es verdad” y se utiliza al terminar de agradecerle a Dios o pedirle una ayuda.
Su influencia es tan grande, que es una de las pocas palabras que se pronuncian igual en casi todos los lugares del mundo, lo que la hace comprensible para la mayoría. En la Biblia, la palabra ‘amén’ es utilizada con mucha frecuencia como la respuesta que le da el pueblo a uno de los profetas cuando termina de dictar una profecía o hacer una oración. Por ejemplo, en Deuteronomio 27:14-19, Moisés estaba dando a conocer los mandamientos al pueblo de Israel, a lo cual ellos dijeron ‘Amén’. En el libro de Apocalipsis 3:14, Jesús es el ‘Amén’ porque “es el testigo fiel y verdadero del principio de la creación de Dios”.
Así que, en adelante, cuando digamos “Amén”, estamos afirmando que estamos de acuerdo, que creemos y confiamos en lo que se nos ha dicho y en lo que hemos pedido a Dios.
Fr. Tarcisio
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