La Eucaristía,
alimento Espiritual para nuestra vida
En la primera lectura, Dios le dio a su pueblo necesitado maná del cielo para comer y agua de la roca para beber, y así pudieran marchar hacia la tierra prometida. Sin embargo, más allá del alimento material, el pueblo estaba necesitado de un alimento espiritual que renovara su fe y su confianza en la promesa de llegar a esa tierra prometida, porque en medio de las carencias y dificultades es fácil perder la esperanza.
Hoy Dios nos da a nosotros la Eucaristía, en nuestro camino hacia él. Sabemos que la misa es el Sacramento en el que participamos con más frecuencia. Es durante la misa que hacemos oración, damos gracias, pedimos; y también escuchamos la lectura de la Biblia, vamos al encuentro de nuestra comunidad parroquial, hacemos examen de conciencia y, sobre todo, nos alimentamos con el Cuerpo y Sangre de Cristo.
Participemos, pues, con dignidad en este sacramento de la misa o Eucaristía. No desperdiciemos la oportunidad de alimentarnos con su Palabra y con su Cuerpo y su Sangre, para ser cristianos fuertes y comprometidos. Para no desalentarnos ante las fatigas de la vida.
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