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P. Tarcisio

Reflexión de la Palabra de Dios, Domingo 11 de Septiembre 2022


La primera lectura Nos muestra cómo Dios, había salvado a su pueblo; sin embargo, ese pueblo elegido se olvidó de la alianza que había hecho con Dios y prefirió hacerse un Dios a la medida, un becerro de oro. Una vez más, Moisés tuvo que interceder para que Dios perdonara a su pueblo. Endurecieron su corazón y su mente.


El Evangelio nos habla de aquellos que, en tiempos de Jesús, endurecieron su mente y su corazón, y se sentían con derechos plenos (fariseos) y despreciaban a los publicanos y pecadores. Pero Jesús recibía a los pecadores y marginados y comía con ellos.


¿Por qué Jesús recibía a los pecadores? La respuesta la encontramos en las parábolas de la misericordia que contiene el capítulo 15 del evangelio de Lucas. Él ha venido en búsqueda de los más necesitados, los que están lejos, los que se han perdido, los más necesitados.


También hoy podemos hacernos un Dios a la medida, y vivir la fe por conveniencia, despreciando a los demás, especialmente a aquellos que nosotros juzgamos indignos de la bendición de Dios. Entre las ovejas, ¿Somos de las noventa y nueve, o somos la que se perdió en el monte y necesita ser rescatada?

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