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P. Tarcisio

Reflexión de la Palabra de Dios Domingo 15 de Agosto



Desde ahora me llamarán dichosa

todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas

el que todo lo puede.

La fiesta de la Asunción de María que celebramos hoy, nos recuerda que nuestro destino final es la Resurrección que nos ha traído nuestro Señor Jesucristo. Nos recuerda que la muerte no tiene la última palabra en nuestra existencia. Así lo afirma el Apóstol Pablo, escribiendo a los Corintios: “Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos.”

Pero mientras llegamos a esa meta, también hemos de caminar en esta vida, como ella, cantando las maravillas del Señor. María canta con gozo a Dios Padre y agradece que se haya fijado ella, a pesar de su pequeñez. Ella que supo sufrir junto a la cruz la injusticia y el dolor de perder a su Hijo, comparte hoy su vida gloriosa de resucitado y nos invita a caminar por la vida con esperanza.

Hagamos nuestras las palabras del canto del Magníficat, reconozcamos a Dios como el Dios misericordioso y bueno que está cercanos a los humildes, los pobres, los que sufren; para sacarlos del dolor y sufrimientos, porque él «los colma de bienes» para que disfruten de una vida más humana.

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