SEÑOR, AUMENTANOS LA FE.
El profeta Habacuc eleva un grito desesperado hacia el cielo, contra las injusticias y sufrimientos que padece, junto con todo el pueblo de Dios. Y aunque la respuesta se haga esperar, puede estar seguro que Dios cumplirá con su promesa de salvarlos, de librarlos de las manos opresoras e injustas. ´ “El malvado sucumbirá sin remedio; el justo, en cambio, vivirá por su fe".
Sin embargo, para esperar esa respuesta efectiva de parte de Dios, es necesario que tengamos fe, no importa que sea pequeña. Que confiemos en su palabra, en su misericordia. Y así como los discípulos, también nosotros debemos pedir el aumento de nuestra fe, y al mismo tiempo cumplir con la misión que se nos ha encomendado.
P. Tarcisio
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