En el evangelio Jesús sabe bien a quién elige y porqué lo elige, en esta ocasión, llama a hombres que echan la red al mar sin saber qué tipos de pescados sacarán. Del mismo modo cuando un católico dirige su palabra a las personas, no conoce de antemano quienes se acercarán a Dios.
Jesús eligió a personas humildes, pobres, sencillos, sin una gran formación académica, sin influencias, etc. Esto nos sirve para que no tengamos temor y no pensemos que tenemos que ser superdotados en conocimientos para seguir a Jesús. Pedro y Andrés no habían visto a Jesús hacer milagros, sin embargo, al oír la voz de Jesús, ellos lo dejan todo por seguirlo. Seguramente, ellos vieron la dulzura del alma de quien los invitaba.
Ellos creyeron y tuvieron fe. Nos enseña que no debemos aferrarnos a las cosas terrenales si queremos ir a la vida eterna. Cada uno de nosotros somos predilectos del Señor, descubramos en nosotros mismos ese llamado, hagamos silencio en nuestro corazón para escuchar la voz de Dios, y vayamos tras los pasos de Jesús.
P. Martin
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