top of page
P. Claudio

Reflexión de la Palabra de Dios, Domingo 30 de Enero


El profeta Jeremías nos cuenta cómo el Señor le reveló que lo había escogido para que fuera un profeta, y cómo le dio a entender que su vocación iba a encontrar la oposición y la hostilidad de muchos.

También Jesús encontró una oposición y una hostilidad semejantes dentro de su propio pueblo de Nazareth, por lo que resolvió ir a predicar a otras aldeas la Buena Nueva, ya que sus propios familiares y paisanos lo rechazaban.

San Pablo recuerda a los fieles de la Iglesia de Corinto que, entre las virtudes teologales de la Fe, la Esperanza y el Amor, ésta última es la mayor de todas y la ley de oro de la convivencia de los creyentes en la comunidad eclesial.

Nuestra propia misión y vocación es vivir precisamente el mandato del amor que Jesús nos encomendó, aunque muchas veces seamos también mal comprendidos, o rechazados y hasta perseguidos… si perseveramos en ello seremos bienaventurados a la hora de la verdad, ya que gozamos de la promesa de nuestro maestro que nos garantiza la asistencia y fortaleza de su Espíritu.

20 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page