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P. Tarcisio

Reflexión de la Palabra de Dios. Domingo XXXIII Domingo Ordinario, 15 de Noviembre


Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en la alegría de tu Señor.


Primera Lectura (Prov 31,10-13.19-20.30-31): El libro de los proverbios nos ofrece la descripción de una mujer, como una foto de una madre y esposa ejemplar. Ella emplea todos sus talentos de mente, corazón, fe al servicio de su familia y también de los pobres.

Segunda Lectura (1 Tes 5,1-6): San Pablo invita a los cristianos de Tesalónica a manténerse alerta para la Venida del Señor. Como "hijos de la luz y del día". Así también nosotros deberíamos estar listos en cualquier momento para la venida del Señor, aun sin saber cuándo vendrá.

Evangelio (Mt 25,14-30): La parábola de los talentos nos recuerda que Dios nos ha dado abundantes dones materiales y espirituales. ¿Qué hemos hecho con ellos? Entre los empleados del evangelio de hoy, ¿con cuál de ellos nos identificamos?

Mientras nos acercamos al final de este año, la parábola de los talentos nos invita a que hagamos una revisión de nuestra vida. Tal vez encontraremos muchas excusas para decir que no hemos podido lograr nuestras metas, pero Dios nos ha dado en la medida que cada uno lo necesita. La pregunta es: ¿Qué hemos hecho con los talentos recibidos? ¿Hemos trabajado para producir más? ¿Nos hemos conformado con seguir en la misma situación? O quizás, aún peor, ¿hemos renunciado a la esperanza de ser mejores?

Sería un error presentarnos ante Dios con la actitud del tercer siervo de la parábola, diciendo: “Aquí tienes lo tuyo”. Aquí está la fe que me diste, la vida, las oportunidades, las cualidades que me diste. Por el contrario, ojalá nos presentemos con nuestros esfuerzos, nuestros triunfos y fracasos, porque nos hemos arriesgado y hemos buscado alcanzar la meta. A veces ganamos y a veces perdemos, pero lo intentamos. De nosotros depende qué cuentas queremos entregar al final de nuestra vida.

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