Lecturas Dominicales:
Sof 2,3; 3,12-13;
1Cor 1,26-31;
Mt 5,1-12
DICHOSOS, BIENAVENTURADOS...
La palabra bienaventurados, aparece varias veces en este mensaje de Jesús. Es el Señor que nos llama a recorrer con Él un camino que, a pesar de todas las dificultades, conduce a la verdadera felicidad.
Todas las personas de todos los tiempos y de cualquier edad buscan la felicidad. Dios ha puesto en el corazón del hombre y de la mujer un profundo anhelo de felicidad, de plenitud. El mensaje de Cristo ha sido para todos, el mensaje de la esperanza, en medio de las dificultades del mundo.
Las bienaventuranzas no son sólo promesas para esperar, son todo un programa de vida para renovar la vida. Como cristianos estamos llamados a ser pobres de espíritu, mansos de corazón, pacíficos, misericordiosos y limpios de corazón para ser auténticos católicos.
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