¿Qué buscan?"
Ellos le contestaron:
"¿Dónde vives, Rabí?"… Él les dijo: "Vengan a ver".
La vocación de Samuel en el Antiguo Testamento, como la vocación de los primeros discípulos de Jesús en el Nuevo Testamento son tipo y modelo de nuestra propia vocación y consagración a Cristo desde nuestro bautismo.
Cristo que nos llama a seguirle para aprender su forma y estilo de vida, nos va transformando y configurando a Él. Nos da una identidad y un nombre nuevos que nos consagra totalmente a Dios. Así restaura y reintegra nuestra dignidad. Somos creaturas nuevas y templos de Dios, pues hemos recibido su Espíritu y mora en nosotros. Así nos lo enseña San Pablo en 1ª. Carta a los Corintios que escuchamos este domingo.
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