Antes de iniciar su vida pública, su misión de anunciar la llegada del reino de Dios, Jesús se apartó a un lugar solitario para allí ser tentado; es decir, para percibir con ojos claros su propia identidad, cuál era su tarea y cómo la gente y los acontecimientos tratarían de desviarlo de su misión.
Las tentaciones del poder, de los milagros, de la fama, se le cruzarían constantemente en su camino. Por eso era necesario tener claro cuáles valores y principios habría de seguir para anunciar su mensaje de conversión, de amor y fidelidad a los mandamientos de la ley.
Jesús resume su misión en estas palabras: "Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Arrepiéntanse y crean en la Buena Nueva de Salvación". Él nos repite estas palabras a nosotros hoy. Y nos pide también estar atentos para no dejarnos llevar por lo más fácil, por lo que todo mundo hace, sino ser fieles a su palabra y su enseñanza.
P. Tarcisio
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