En el pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Primera lectura), se nos describe en detalle el acontecimiento del día de Pentecostés, aquel día en que el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, reunidos con María, para que cumplieran con la misión que les había sido encomendada, como nos lo dice San Juan (Evangelio). También San Pablo (Segunda lectura) se refiere a la venida de Espíritu Santo como principio de la unidad de la Iglesia en la diversidad de sus ministerios.
Jesús resucitado concede el Espíritu para que los apóstoles puedan vivir la misión evangelizadora con la misma radicalidad que la vivió Él en obediencia a su Padre, testimoniando la alegría pascual y la reconciliación universal. Con la necesidad de vivir y agradecer el don de la diversidad que hace fecunda y significativa la unidad.
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