A Dios rogando y con el mazo dando.
Mucha mies y poca mano de obra…
El Evangelio de este domingo presenta el discurso apostólico de Jesús, que constituye un esbozo de la primera teología de la misión. Es una perspectiva apropiada para definir la vocación y la identidad de la Iglesia y de cada creyente comprometido con Cristo.
El compromiso es cambiar la realidad participando de la corresponsabilidad eclesial de trabajar personalmente por el Reino renunciando al egoísmo y a los propios intereses.
Así como la fe es una experiencia personal vivida en la comunidad, la misión también lo es y debemos trabajar en fidelidad a la voluntad de Dios manifestada en el llamado y en el envío que nos hace Cristo.
Sigamos orando por las vocaciones a trabajar en los Campos de Dios y colaboremos en la edificación de la Iglesia, para que el Reino de Cristo se siga extendiendo en nuestro mundo.
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