Hoy estamos de fiesta porque compartimos la alegría del día en que Jesús llamó a San Mateo para ser su apóstol. Es un tiempo especial para recordar que en la Iglesia somos una gran familia católica compuesta de miles de familias que siempre han sido bienvenidas para vivir y celebrar la fe en esta comunidad.
Le damos gracias a Dios porque cada uno de nuestros servicios genera un verdadero sentido de unidad entre los voluntarios y familias que reciben los beneficios de los distintos programas. Seguimos creciendo como Iglesia. Seguimos respondiendo al llamado de Cristo para servirle en la alegría.
La iglesia de san Mateo ofrece la oportunidad de participar en todas las actividades comunitarias para crecer y fortalecerse con nuevos miembros voluntarios. La diversidad cultural de cada una de las familias ha sido un enriquecimiento mutuo al estar unidas en una sola fe. Todo eso es motivo de celebración.
P. Martin
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