San Valentín, fue un sacerdote del siglo III, que ponía en riesgo su vida por unir las parejas en matrimonio cuando el cristianismo estaba prohibido en el Imperio Romano. Desafiaba al emperador Claudio II que consideraba que los solteros sin hijos eran mejores soldados. San Valentín casaba a los soldados con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del Imperio.
El emperador ordenó capturarlo para luego mandar que fuera decapitado ya que también se negó a renunciar al cristianismo. Por esta razón se le suele relacionar con el amor de las jóvenes parejas.
El Papa Gelasio (a finales del s. V) estableció el 14 de febrero para honrar al Santo mártir y se le venera como patrono de los enamorados.
Pidámosle a Dios que sepamos trabajar y promover, entre los jóvenes, los valores y principios cristianos que son cimientos sólidos de familias unidas y matrimonios santos.
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