El precepto de la iglesia nos obliga a asistir y participar en la misa dominical, para santificar el Dia del Señor, porque el Domingo es el día de la Resurrección de Cristo que se hace presente en el seno de la comunidad eclesial. Como bautizados, miembros del cuerpo místico de Cristo, participamos en el sacrificio del Señor Jesús que se ofrece al Padre.
La Misa de un domingo es diferente a la misa entre semana. Si no puedes asistir el domingo por una razón seria, entonces no tienes obligación de compensarla yendo otro día entre semana, pero siempre es de gran provecho espiritual no dejar pasar mucho tiempo sin alimentarnos de la Palabra de Dios y del Pan Eucarístico. Y ciertamente, las misas celebradas de lunes a sábado nos harán mucho bien. Pero, más allá de cumplir o no con el precepto, debemos participar con devoción y convicción. Tu sacerdote confesor te puede dispensar la obligación dominical si tienes algún impedimento razonable y puede pedirte que asistas otro día en lugar de dispensarlo por completo.
Es importante ver el espíritu del precepto dominical y no quedarnos en la letra fría de la ley.
P. Claudio
Comments