La Virgen de Guadalupe, para la mayoría de los mexicanos e incluso de los latinoamericanos y para muchos en el mundo, representa una Virgen cercana, que se apareció a Juan Diego, un indígena, que amaba a Dios y presto su servicio para hacer llegar el mensaje de la Virgen a toda una nación, a todo el mundo.
La Imagen de la Virgen de Guadalupe, se plasmo en la Tilma de Juan Diego, y trae un mensaje en códice lo que permitió a los indígenas, entender y captar el mensaje que la Virgen quería transmitir.
El mensaje esta lleno de Amor esperanza y Fe. Un mensaje colmado de misericordia y de reconciliación, el cual invitaba a las diferentes razas a aceptarse y valorarse para hacer vida el Reino de Dios.
Veamos esta bella imagen y conozcamos su significado y el porque cuando la vieron los indígenas muchos automáticamente se convirtieron al catolicismo y aceptaron el mensaje de Dios.
Las Nubes: para los aztecas las nubes estaban asociadas con lo divino, en la imagen podemos ver como las nubes se abren para dar el paso a la Virgen María, como la enviada del cielo.
Los Rayos: La Virgen de Guadalupe está rodeada de rayos que provienen del sol. Ella está delante, como en un eclipse que, a diferencia de lo que creían los indígenas, no presagia destrucción sino una nueva y luminosa era.
EL Manto azul-verde: Este color que conocemos como turquesa, indica que la que lo trae es una emperatriz
El Cabello suelto: es signo de su virginidad, ya que en la cultura indígena las mujeres casadas llevaban el pelo trenzado. Mientras que las mujeres casadas, llevan su cabello trenzado.
Los españoles en cambio interpretaban su cabeza cubierta como señal de recato.
La Tez o piel mestiza: Su color es una mezcla de raza blanca e indígena. En su persona, la Virgen de Guadalupe logra unir dos razas hasta entonces opuestas.
Los Ojos: Los ojos están mirando hacia abajo, con ternura, de los muchos estudios que se le han realizado a la imagen, los oftalmológicos, revelan que era imposible, pintarlos de esa forma en el tejido de la tilma que era burdo ya que presentan, todas las líneas y venas de los ojos.
La Cabeza inclinada y su expresión: indica que, aunque viene del cielo, ella no viene ni a imponerse, ni a que la adulen, sino que viene con una actitud de madre, con humildad y bondad.
La Cruz negra al cuello: Representa la síntesis de dos culturas: Su color recordaba a Quetzalcóatl, se había transformado en hormiga negra para crear a la humanidad, pero su forma la cruz de Cristo, verdadero Dios y Hombre que dio Su vida para nuestra salvación.
Las manos unidas: Señal de oración, parecen ser de dos tonos distintos, representando las dos razas distintas que necesitaban unirse por la fe.
La cinta negra. La empleaban las mujeres nobles embarazadas (‘encinta’).
El Vientre abultado. Muestra un embarazo avanzado, a unos días de dar a luz.
La Rodilla flexionada. Así como con las manos unidas se representa la oración occidental, para los indígenas la danza es oración, y con la rodilla doblada, expresa movimiento, el paso de la danza.
El manto cubierto de estrellas, su manto está lleno de estrellas no puestas al azar, sino que coinciden con las constelaciones que brillaban en esa fecha sobre el valle de México. Nos cobija con su manto, nos protege con su intercesión, es la Señora que viene del cielo.
La Túnica rosa. Representa la tierra, señal de que nos acompaña en nuestro caminar terrenal, mientras formamos parte de este mundo, y las 9 flores doradas que vemos, están representado los 9 pueblos indígenas que poblaron el valle de México.
Las Flores y tallos. No siguen los pliegues del vestido porque son códices no adornos. Los tallos surgen como del manto, que representa el cielo, son ríos divinos que dan vida y rematan en flores que representan lo más bello de lo verdadero, entre las cuales unas simbolizan una nueva era, anunciada por una conjunción planetaria.
Otras son como corazones con rostro que representan el amor de un Dios que se ha hecho Hombre, y a la vez representan al Tepeyac, desde el cual sale un mensaje hacia todos los puntos cardinales. La Salvación llego a todos los Pueblos.
Las Flores coinciden con volcanes en el mapa de México. Si se coloca un mapa orográfico de México sobre la túnica se descubre que los volcanes coinciden con las flores.
Nuestro cielo en su manto, nuestra tierra en su túnica, nos sentimos envueltos en su amor, cobijados en nuestra totalidad por su amor maternal.
La Flor de cuatro pétalos en el centro de su vientre. Para los indígenas representaba los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales, las cuatro estaciones, las cuatro épocas pasadas a la espera del quinto sol.
Es una flor solar cuyo centro representa al Niño Sol, y cuya posición indica movimiento perpetuo, es decir, que en el vientre de María está Dios, Sol verdadero que se ha hecho cercano y viene no a destruir sino a iluminar.
La Luna negra. Alude al nombre náhuatl de México (‘en el ombligo de la luna’). María está sobre ella, ha venido a nuestro valle. Y la luna está oscura, en eclipse porque la rodea, la envuelve la luz del verdadero sol.
El Ángel. es indio, niño y anciano a la vez, fuerte y sabio.
Mensajero de la Virgen, representa a Juan Diego, portador de la gran noticia que trae vida y verdad.
Las Alas del Ángel. De color verde, blanco y rojo, estos colores son sagrados para los indígenas, después se vieron plasmados en la bandera de México estos mismos colores.
Las manos del Ángel. Con una toma el manto y con la otra la túnica. Expresa la comunicación, la unión del cielo con la tierra.
Cfr. Origen histórico de las tradiciones, Luis Fernández Martin, Publicaciones Paulinas