EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
Cuando hacemos la señal de la cruz nombramos a Dios. Es muy bueno invocar a Dios para bendecirnos o bendecir a nuestra familia. En el instante mismo en que decimos el nombre de Dios estamos en contacto con nuestro Creador.
Desde pequeños debemos aprender a persignarnos. Podemos empezar y terminar cada día de nuestra vida con la señal de la cruz. Los bebés pueden recibir tu bendición si haces la señal de la cruz sobre ellos mientras escuchan el nombre de Dios con tu propia voz. Se les irá grabando ese momento de amor en sus corazones.
Ojalá que, desde hoy, y todos los días, pongamos en las manos de Dios nuestros pensamientos, nuestras acciones y todo nuestro ser bajo el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
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